lunes, 17 de octubre de 2022

Mandíbula. Mónica Ojeda

Mandíbula de Mónica Ojeda

Mandíbula es una novela de terror publicada en el 2018 por la escritora ecuatoriana Mónica Ojeda. Al momento de elegir esta obra para el club ninguno de nosotros se encontraba familiarizado con la autora. La elección se dio a cabo luego, de unas sesiones atrás, haber descubierto el llamado “nuevo boom latinoamericano” de la mano de “La virgen cabeza” de Gabriela Cabezón Camara, novela que gustó a todos los participantes y nos dejo con ansias de conocer otras autoras relacionadas.

Se trata de una obra de terror psicológico ambientada en un colegio de nuestra época actual. Una profesora de literatura, Miss Clara, llevada a la locura por sus relaciones laborales y familiares secuestra a una de sus alumnas, Fernanda, para enseñarle una lección ejemplar sobre el terror en una cabaña montañosa. A lo largo de la novela los lectores son testigos de los eventos que llevaron a esta situación así como las complejas relaciones de la víctima y la secuestradora entre ellas y el mundo que las rodea.

Mónica utiliza una compleja línea temporal, en donde la narración salta entre el encuentro en la cabaña, la vida en el colegio y la vida personal de los personajes. De este modo, el lector es introducido al mundo psicológico de los personajes, sus traumas y tribulaciones que los llevaron al momento del rapto. Por medio de una serie de escenas retrospectivas la historia se construye en reverso, mostrandolos la vida anterior de los personajes antes de que se conocieran y los eventos que los llevaron a terminar encerradas en la situación presente.

Portada de la edición publicada por Candaya

Portada de la edición publicada por Candaya

En estas escenas retrospectiva, Mónica intercala la narrativa entre ambas protagonistas. Algunos capítulos son dedicados a Miss Clara, mientras que otros tratan sobre Fernanda. Las escenas de Clara giran en torno a sus relaciones con los otros profesores del colegio así como episodios de su vida familiar y sus intentos de ser aceptada por la madre incluso después de la muerte de esta. La vida de Clara se encuentra permeada de una serie de eventos perturbadores relacionadas a sus alumnas que incluyen un secuestro, extrañas confesiones epistolares e intentos malintencionadas de llevarla al colapso mental por sus traumas. Mientras que, los capítulos sobre Fernanda giran en torno a un edificio abandonado que la chica y sus amigas del colegio toman como centro de juegos. Las actividades, al inicio, consisten de pequeños retos de valentía que se ven empapados de una mitología propia creada por las muchachas en torno a la Edad Blanca y El Dios Blanco, creación de Annalise la mejor amiga de Fernanda, influenciada por escritos de terror como las Creepy Pastas, Lovecraft o la obra de Stephen King.

El estilo de la novela se combina con breves estampas a modo de diálogos entre otros personajes. Esto incluye sesiones de terapia de Fernanda, o breves diálogos entre la profesora y otras de las estudiantes del colegio, así como un extenso ensayo escrito por Annalise sobre el terror blanco y Miss Clara. Esta construcción narrativa en base a momentos privados está muy bien lograda permite comprender mejor a los personajes y la forma en que justifican sus formas de actuar así como la ansiedad que les provoca su actuar. Me recordó a una de mis novelas favoritas, El beso de la mujer araña de Manuel Puig quien utiliza informes psicológicos, pies de página de un tercer narrados y otros artífices de la literatura gris para introducir al lector al mundo interior de los personajes.

Las estampas permiten al lector entender la precaria salud psicológica de la profesora, quien víctima de traumas familiares y su intento desesperado de aprobación materna es llevada al límite de su estabilidad mental luego de ser secuestrada por dos alumnas en su antiguo colegio. Fernanda, por su parte, sufre problemas familiares por la presión constante de su madre y su sentimiento de culpa por la muerte de su hermano, su incipiente sexualidad y su miedo a crecer en alguien como su madre.

El tema recurrente de la novela son el lado oscuro de las relaciones interpersonales. La figura materna, quien normalmente es símbolo de amor incondicional se convierte en una figura de odio y de enemistad para quienes la rodean. Los educadores, la autoridades del colegio privado, los juegos infantiles y la misma adolescencia son canalizados por Fernanda en una suerte de sadismo hacia sus amigas y quienes la rodean. Las relaciones amorosas se convierten en ejercicios en crueldad, en donde la línea entre erotismo y violencia se cruzan de forma constante. La adolescencia, en su estado de “adultez incompleta” (de acuerdo con Annalise) es vista como una etapa grotesca en donde los sujetos no llegan a ser conscientes de los límites de sus acciones o el impacto que estas en quienes las rodean.

En lo personal me pareció un buen libro. El estilo experimental de Ojeda es muy efectivo para crear distintas tonalidad a los capítulos. La decisión de narrar secciones utilizando solo diálogos, o combinar formas narrativas tradicionales con “flujos de conciencia” demandan atención del autor y le permite recordar (y por qué no, sentir) secciones de la obra de forma particular. Sin embargo, el libro de Ojeda es difícil de recomendar. El uso de violencia y terror sexual puede resultar chocante para algunos lectores que no estén familiarizados con la estética de las creepy pastas que la autora busca emular.

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