Reseña El príncipe y el mendigo de Mark Twain
En una lista de novelas por leer
El príncipe y el mendigo es uno de esas historias infantiles que todos pensamos conocer debido a su gran cantidad de adaptaciones a lo largo de los años. Desde versiones animadas hechas por Disney (el recuerdo más viejo que poseo de esta historia), a películas e incluso adaptaciones en la serie de televisión Los Simpson. El relato se encuentra tan inmerso en la cultura popular, que consideramos innecesario leer la obra, al considerar que de una forma u otra ya sabemos de qué trata.
Hasta hace un par de años, desconocía que el relato original fuera de Mark Twain. Me enteré de esto al adquirir las obras completas de Twain ofrecidas por la editorial Delphi Classics, esta revelación si bien me parecío llamativa no pasó de ser una curiosidad. Me gusta mucho Twain, Tom Sawyer, Diarios de Adán y Eva, los cuentos, los ensayos. Sus obras son clásicas cuyo humor aún se mantiene fresco, aún así esto no me provocaba ganas suficientes para leer el príncipe y el mendigo. Supongo que el estar tan familiarizado con la estructura básica del relato, así como el tratarse de un cuento infantil (tengo que estar en el ánimo).
Un par de semanas atras, estaba leyendo algunos cuentos dispares del autor y sentí ganas de leer alguna de sus novelas. Decidí dejar el prejuicio de lado e iniciar el príncipe. Después de todo, algunas obras que he leído con prejuicio (Narnia, los cuentos de Conan el Cimerio entre otras) me han terminado gustando, y la obra es un clásico de la literatura infantil estadounidense.
Tomado de Mark Twain in His Times
Observaciones sobre la novela
El príncipe y el mendigo es una novela publicada por Mark Twain en el año 1881 en Canadá y en Estados Unidos el año siguiente. Junto a Un yankee en la corte del rey Arturo y Juana de Arco forma una suerte de trilogía de novelas históricas medievales en las que Twain exalta el modo de vida democrático frente a a las monarquías absolutas. Al contrario de las otras dos, esta va dirigida a un público infantil y combina tanto “moralejas” con la crítica a lo injusto de las leyes durante el periodo feudal.
La novela, como la mayoría recuerda, trata sobre el cambio de identidad entre el príncipe Eduardo VI de Inglaterra y un muchacho londinense perteneciente a una familia plebeya llamado Tom Canty. Ambos muchachos son idénticos en apariencia y tras una travesura en el cuarto del príncipe terminan cambiando de identidad al extraviarse el príncipe del cuarto real. El resto de la historia sigue las aventuras de Tom ejerciendo su papel de rey así como las aventuras de Eduardo por volver al palacio real y retomar su posición real.
Por medio de esto, el autor se vale para presentar las diferencias entre ambos personajes y su visión de mundo. Las experiencias de Tom Canty en las calles de Londres lo han convertido en un muchacho ingenioso y observador, defensor de los personajes de estratos más bajos de la ciudad quien combina estos elementos para ayudar a los condenados y denunciar las leyes injustas. Por otro lado, la alta educación de Eduardo combinado con su falta de experiencia en la vida real lo ha vuelto presumido y fácil de engañar; en el palacio el universo gira en torno a él mientras que en sus aventuras por las ciudad medieval se encuentra fuera de su posición privilegiada. Eduardo se vale de la figura de Miles Hendon, caballero en desgracia que regresa a Inglaterra luego de estar en el extranjero para reclamar una herencia, para salvarse los diversos apuros en que se ve envuelto dado su falta de habilidades de supervivencia. A lo largo de la obra, Twain da a entender que estas experiencias de Eduardo en la vida plebeya lo ayuda a llegar a convertirse en un rey más justo al retomar su papel en el trono.
Uno de los elementos más llamativos de la novela, es la combinación entre secciones ficticias con extractos de crónicas reales de la edad media. Esto se encuentra comentado a lo largo de la obra por los numerosos pies de página quienes explican el contexto y las referencias a personajes históricos (en gran parte tomados del libro Historia de Inglaterra del filósofo David Hume). Este elemento me produce sentimientos encontrados, resulta muy interesante la investigación que realizo Twain para el relato, y las crónicas dan credibilidad a la crítica sobre el sistema feudal, sin embargo la crudeza de algunas descripciones (los capítulos de la cárcel, los puentes de Londres) contrasta con las aventuras juveniles de los protagonistas y el ambiente de “fábula” que la novela refleja.
En general no creo que sea una mala obra infantil. Las moralejas son valiosas, aunque el libro se siente un poco más largo de lo que es, en parte por la extraña combinación entre elementos realistas y elementos más propios de la novela infantil; conservando el humor característico del autor. Me hubiera gustado que se elaborara un poco más sobre el papel de Tom Canty en la corte, salvo un par de personajes que salva con su ingenio y la escena del banquete es poco lo que acontece con el personaje. La novela sigue más de cerca al príncipe, y pareciera que se olvida de Canty hasta los últimos capítulos en torno a la coronación, mientras queda uno con la impresión de que se le pudo sacar más provecho a los episodios en la corte y las diferencias entre la visión de mundo de la plebe frente a la alta aristocracia.
Me siento satisfecho de terminarla, disfrute la lectura, y como suele suceder con Twain disfruté bastante de la lectura aunque no tanto como otras de su colección. Sin embargo no siento que sea su mejor trabajo, si una gran novela infantil.
La novela se encuentra disponible aquí
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